Cómo una Mujer de 1870 revoluciona Internet y la Creatividad
Durante sus primeros ocho años de vida, un niño colombiano, descubrió que tenía un mundo interior propio gracias a la escuela a la que asistía. Más tarde declaró que creía que cada línea de lo que había escrito tenía alguna referencia a aquel período. La enorme creatividad e imaginación despertada en aquellos años fue esencial para que Gabriel García Márquez se convirtiera en lo que es: Premio Nobel y uno de los máximos exponentes de la literatura.
Otros niños, como Jeff Bezzos, creador de Amazon; Jimmy Wales, fundador de Wikipedia; o Larry Page y Sergey Brin, creadores de Google; entre otros destacados innovadores y creativos que sería muy largo de enumerar, recibieron una educación similar, que estimulaba su espíritu autodidacta, emprendedor, responsable, innovador y creativo.
Lo curioso, es que esa forma de educar que ha conseguido revolucionar internet –porque ¿te imaginas internet sin Google, Amazon o la Wikipedia?– ha partido de una mujer que nació en 1870. María Montessori, la primera mujer en obtener un título de medicina en Italia. Además, fue una destacada filósofa, psiquiatra, científica y, por supuesto, pedagoga.
Ella renovó completamente los métodos pedagógicos existentes aportando innovaciones radicales que rompían completamente con las rígidas estructuras educativas tradicionales. Cambió el eje de la educación. El profesor dejaba de ser el centro cediendo el protagonismo al alumno quien asumía, con ciertos límites, la responsabilidad de su educación.
Las aulas dejaron de ser un aburrido y oscuro sitio donde había que repetir y memorizar, y
se convirtieron en amplios y estimulantes espacios de luz, colores y formas donde los niños descubrían por sí mismos, desarrollando su creatividad y autoestima.
Las sorprendentes y admiradas oficinas de Google están inspiradas en estas aulas. Incluso la filosofía y organización de la empresa se basa en aquellos motivadores métodos educativos.
En el gigante informático la decoración es alegre, original, hay gimnasios, toboganes, juegos… todo estimula la creatividad y el espíritu libre pero responsable. Los horarios son flexibles, incluso se fomenta que sólo se utilice el 80% del tiempo para trabajar y el 20% restante en proyectos personales. ¿Resultado? Es una de las empresas más admiradas, innovadoras y rentables del mundo.
Quizás estés pensando que es tarde para asistir a alguno de estos colegios. ¡Sin duda lo es! Sin embargo, no es tarde para aplicar sus métodos para ser más innovadores y creativos, tanto a nivel personal como en la empresa.
Las claves son fáciles y hace tiempo las venimos predicando desde aquí. Hay que practicarlas cada día, pero no te desanimes, recuerda lo que te contamos del Kaizen.
1. Hazte un entorno estimulante. Al igual que en las aulas Montessori y en las oficinas de Google, procura crear espacios de vida y trabajo que te motiven. El principio de estos ambientes es la simplicidad, la belleza y el orden. Incluyen elementos de lenguaje, plantas, arte, música y libros.
Incluye en tu empresa colores, formas, objetos curiosos, incluso juegos –aunque sea de escritorio. Renueva la decoración incluyendo cosas sorprendentes (una jirafa perchero, una silla que sea un caballito balancín, plantas…).
Al final del artículo verás imágenes de las aulas y oficinas de las que hablamos para que te vayas inspirando.
2. Experimenta por ti mismo. No te encierres entre cuatro paredes, ni físicas, ni mentales. Prueba cosas nuevas, exponte a situaciones diferentes, conoce gente distinta, lee, ve al cine, excursiones, museos, teatro, haz lo que no sueles hacer… experimenta por ti mismo.
Los materiales utilizados en esta educación los agrupan por los sentidos: gusto y olfato, tacto, vista, oído para que la experiencia sea plena. Toma el ejemplo. ¿Qué tal un día una cena a ciegas? (y no nos referimos a parejas, sino a pañuelito en los ojos 😉 ).
3. Marca tu ritmo y llega a tu tiempo. Una de las características de este tipo de enseñanza es que los alumnos muchas veces hacen cosas diferentes y cada uno va a su ritmo y cumple su objetivo a su tiempo. Para eso se requiere flexibilidad, autodisciplina y responsabilidad.
Por ejemplo, en Google no te controlarán si estás haciendo esto o aquello ahora o después, pero llegado el momento de presentarlo… hay que presentarlo, sin más.
Piensa la enorme fuerza que tiene esta forma de enfocar la vida para sacar lo mejor de uno mismo e innovar, que lleva más de un siglo y aún transforma a la humanidad. Si ya lo decía Jesús… ”Si no fueseis como niños, no entraréis en el reino de la innovación” ¡Ops! no era exactamente así, pero vale igual ;).
Te dejamos imágenes de las aulas y oficinas que te prometimos, y como broche de oro, un vídeo de ”Gabo” hablando de estas cosas que tanto lo marcaron.