10 ene'14

3 Claves Maquiavélicas para crear Estrategias

Se cumplen 500 años desde que Nicolás Maquiavelo escribió ”El Príncipe”, una de las obras más lúcidas y denostadas (a partes iguales), de estrategia política. A pesar del tiempo transcurrido, este precursor de los analistas políticos y de marketing ha dejado lecciones que medio milenio después siguen teniendo una asombrosa vigencia.

A muchos se les eriza la piel cuando recuerdan la frase que se le atribuye, ”El fin justifica los medios”. Sin embargo, él jamás la pronunció. Al igual que comúnmente nos referimos a algo ”maquiavélico” cuando hablamos de malvadas maquinaciones para obtener un fin mezquino.

En realidad, Maquiavelo hacía magistralmente bien lo que hacen hoy día los mejores estrategas del mundo… observar, analizar, inferir, imaginar y aconsejar la mejor estrategia para alcanzar un objetivo.

Si bien es cierto que muchos de sus consejos pueden sonar crueles y retorcidos, en realidad él era un observador que analizaba y sacaba conclusiones. Era muy pragmático y, en el fondo, con bastantes buenas intenciones, aunque al parecer las disimulaba bien ;).

Por ejemplo, contrariamente a lo que se pueda pensar, él deseaba el bien para el pueblo, y sostenía que el mejor sistema de gobierno era el republicano, porque consideraba que era el más justo y el que a largo plazo más favorecía a una nación.

Fíjate que curioso su razonamiento para llegar a esa conclusión. Él sostenía que toda comunidad tiene dos espíritus contrapuestos: el del pueblo y el de los grandes que lo quieren gobernar. Esto crea un constante conflicto. Entonces, él decía que la mejor forma de contener el conflicto era la creación de una república bien organizada, donde todos pudieran participar con normas para encausar las desavenencias.

Además, pensaba que era mejor sistema, porque podría surgir un hombre (príncipe) con virtud política –que sepa aprovechar los momentos de fortuna y escapar de los desfavorables– pero que al morir, esa virtud desaparecería con él. Mientras que en una república bien organizada eso no ocurriría ya que la virtud radica en las instituciones.

Debido a la gran influencia de ”El Príncipe”, se podría pensar que tuvo mucho éxito, sin embargo no es así. Ni siquiera Lorenzo II de Médici –el príncipe para quien lo había escrito– se dignó a contestarle. Finalmente murió solo y olvidado sin conocer el éxito que su obra obtendría en épocas posteriores.

Y ahora sí, 3 de sus claves:

1. La historia revela el camino. Maquiavelo estudiaba la historia y sabía exactamente qué decisiones habían tomado los gobernantes y qué consecuencias habían tenido. De ese conocimiento deducía las mejores estrategias a seguir.

Para elaborar una buena estrategia, hay que conocer muy bien qué se hizo antes para evitar los errores, aprovechar los aciertos e inventar el propio camino para ”conservar el poder”.

Él lo ilustraba de una manera curiosa: ”Creo que el verdadero modo de conocer el camino al paraíso es conocer el que lleva al infierno, para poder evitarlo”.

2. Conocer a fondo virtudes, defectos y entornos. Sin saber nada del famoso análisis DAFO, él ya hablaba de la importancia de que el Príncipe supiera sus virtudes y sus defectos y que conociera al pueblo que debía gobernar.

No se pueden establecer estrategias efectivas sin conocer muy bien las fortalezas, las debilidades y el entorno en el que nos manejamos.

Lo curioso es que Maquiavelo decía que ”…habrá virtudes que si las aplicase (el Príncipe) producirían su ruina, y vicios, que puestos en práctica, le proporcionen felicidad y provecho”.

En otras palabras, hay que conocerse muy bien para poder sacar ventaja de las fortalezas y de las debilidades. A veces, lo que es una desventaja, puede convertirse en una virtud y viceversa.

Vale como ejemplo el caso de Jeep cuando logró resurgir. Partía de la desventaja de tener sólo un tipo de coche, frente a General Motors o Ford que cubrían una amplia gama. Sin embargo, su debilidad la convirtió en fortaleza, ya que logró proyectar una imagen de especialista en ese tipo de coches y sus ventas superaron sobradamente a las de su competencia, en la única gama que disponía. ¿Habrán estudiado a Maquiavelo? 😉

3. Ser zorro y león. ”El Príncipe… debe ser astuto como un zorro para evadir las trampas y fuerte como león para espantar a los lobos”.

Sin duda, es una metáfora magnífica para un buen estratega. Una clara manifestación de esa astucia y a su vez sabiduría, sostenía Maquiavelo, es ”advertir los males cuando nacen”. En otras palabras, saber detectar problemas para adelantarse y atajarlos a tiempo.

Si tienes en cuenta estas 3 claves de Maquiavelo, seguramente lograrás desarrollar estrategias muy efectivas para tu empresa.

Fernando Seco Marrone
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