Un (simple) ejercicio para elegir el color que resalte tu marca
Uno de los aspectos más reconocibles de una marca es sin duda su color. Al ver los siguientes colores, seguramente te vendrán a la cabeza algunas de las marcas que hemos incluido. ¿Verdad?
Si estás en los inicios de una marca o ante un rebranding, el color con el que te identifiquen es un punto clave para facilitar el reconocimiento y diferenciación de tu marca.
Muchas veces se elige el color porque le gusta al CEO, porque es bonito, porque es el del líder del sector, y otra serie de argumentos que, en realidad, muy poco ayudan a los objetivos de la marca.
Lo primero y principal, es que el color de tu marca debe responder a una estrategia de negocio y de branding. Eso significa que no cualquier color vale porque podrías ser uno más del montón o, peor aún, generar rechazo.
En este artículo no vamos a hablar de todo lo que hay que tener en cuenta. No veremos la teoría del color, ni hablaremos sobre la psicología cromática, ni otra serie de aspectos que hay que tener en cuenta.
Solo vamos a exponer un ejercicio extremadamente simple pero que pocas veces se aplica en la elección de un color corporativo aunque es esencial para diferenciarte en tu sector.
¿Quién es qué color?
01. Lo primero es tener claramente identificada a tu competencia y sus respectivos colores corporativos.
02. Sobre una “rueda de colores” —cualquiera que incluya el espectro— vas situando a tu competencia en la gama de colores que le corresponda.
03. Cuando los tengas a todos ubicados te quedará un mapa donde verás con facilidad que colores ya están ocupados por tu competencia. Naturalmente, debes huir de esos colores y situar el tuyo entre los que te permitirán diferenciarte de los demás.
04. Por último, una vez sepas qué colores debes descartar, tienes que evaluar dentro de los colores “libres” cuál es el que mejor responde a tu estrategia, valores, etc. Pero ya habrás dado un buen salto para lograr diferenciarte.
Veamos un ejemplo práctico.
Como puedes ver, este simple ejercicio te permite apreciar de un modo muy visual qué colores no te conviene utilizar y qué gama de colores están disponibles.
En el ejemplo, vemos que azul, verde, violeta y rojo están ocupados por la competencia. Por tanto, las gamas de amarillos y naranjas son, a priori, las que mejor lograrían diferenciarte.
Puedes utilizar, también, dos colores de combinación singular para lograr esa diferenciación. Un buen ejemplo es el de FedEx, que destacó al combinar un morado oscuro con un naranja vibrante.
Terminamos con un dato curioso y un ejemplo en el que se intenta cambiar la percepción de la marca mediante el color.
Del total de marcas registradas en el mundo el 90% utiliza el azul en alguna de sus tonalidades. Solo por mencionar algunas marcas famosas: IBM, PayPal, American Express, P&G, Warner Bros, General Electric, HP, Microsoft, Pfizer, Vimeo, Disney y hasta el infinito y más allá.
¿La razón? se cree que se debe a que el azul se asocia con atributos de confianza, seguridad, etc., además de algunas otras virtudes técnicas. Peeeero… si el azul te encanta y en tu competencia (con toda probabilidad) hay muchos que lo utilizan, piénsatelo bien si es el color que te puede distinguir.
¿Sabias que Mc Donald no usa el mismo color distintivo en USA que en Europa? En su país de origen conserva el rojo y el amarillo, colores muy vinculados a la comida rápida (estimulan el apetito), pero en el viejo continente, para mitigar las críticas y ser percibida como una marca más saludable y ecológica, el rojo lo ha sustituído por el verde, color vinculado a esos atributos.
¿Que no recuerdas como es una y otra imagen? Te facilitamos la búsqueda, aquí tienes el cambio.
Confiamos en que este simple ejercicio te ayude a dar con un color que realmente te distinga y contribuya a que tengas una marca diferenciada y alineada con tu estrategia, aunque para esto último, tendrás que ir más allá de la rueda de colores. 😉