Soñar. El Supermarketing
”Yo tengo un sueño” proclamaba Martin Luther King. En 1963 ese sueño era más bien una utopía. En cierta forma, lo sigue siendo, pero han cambiado muchas cosas desde entonces. Sin ese sueño tan poderoso, capaz de inspirar a millones de personas, segurament Morgan Freeman, Whoopi Goldberg, o el mismísimo Barack Obama no serían quienes son.
Los sueños, los auténticos, los que nacen del corazón pero no mueren en él, tienen un poder tan enorme que son capaces de cambiarlo todo y crear algo impensable hasta entonces. Incluso, una nación, como el sueño de Gandhi.
Hoy reflexionaremos sobre el gran poder que un sueño y la férrea voluntad por convertirlo en realidad, pueden tener sobre el marketing. Cientos de negocios se han montado en base a un sueño, a una idea que se incubó hasta hacerla eclosionar. Por ejemplo, Mario Moretti Polegato inventó un zapato que ”respira”, lo ofreció a importantes fabricantes de calzado pero todos lo rechazaron, así que decidió que su sueño lo haría realidad por sí mismo y fundó Geox… el zapato que respira.
La historia del marketing está sembrada de ejemplos en todo tipo de sectores. Desde aquellos dos jóvenes, William S. Harley y su amigo Arthur Davidson que convirtieron su sueño de tener moto propia, en el emporio de las míticas Harley-Davidson; hasta el duo de Steves, Jobs y Wozniak y su siempre admirada Apple.
Pero queremos subrayar el ejemplo de un sueño que se convirtió en un potente negocio mientras sacaba de las garras de la pobreza a millones de personas. Muhammad Yunus y su Grameen Bank. El banco de los microcréditos que convirtió la confianza en la honradez y esfuerzo de las mujeres pobres de Bangladesh, en su único aval y pilar de su negocio. 27 dólares repartidos entre 42 personas generaron un negocio que mueve millones y millones de dólares. Un modelo de éxito que ha sido replicado en los cinco continentes convirtiéndose en uno de los principales motores contra el hambre y la miseria.
Los actuales reconocimientos a Yunus, entre otros el Premio Nobel de la Paz y el Premio Príncipe de Asturias, casi hacen olvidar que este economista dejó su prometedora carrera en occidente para dedicarse a su utópico sueño de ayudar a los menos favorecidos de su país, porque lo creía posible. Revolucionó a la vez el concepto de Ayuda Humanitaria y el de la banca. Varias entidades financieras habían rechazado sus ideas por considerarlas descabelladas y sin ninguna garantía de cobro. Pero su visión, su osadía y su confianza en la gente, sumado a un plan estratégico creativo y basado en el sentido común, le dieron la razón y fue premiado con el éxito y una importante fortuna, entre otras cosas.
En este espacio es imposible analizar como se consiguió algo tan revolucionario, pero si quieres saber más sobre este apasionante logro, te aconsejamos el libro ”El precio de un sueño. La aventura de Muhammad Yunus y el Grameen Bank” de David Bornstein, publicado por editorial Debate.
No obstante, vamos a sintetizar algunos puntos en común que tienen estos sueños hechos
realidad… y negocio.
- El sueño en sí. Por obvio que parezca, es fundamental contar con él. No se trata simplemente de una idea. Se trata de una visión que va más allá de lo conocido, algo que, incluso, puede parecer imposible a los ojos de la mayoría. Pero debe existir en la mente de quién lo concibe, un dibujo claro y definido de ese sueño.
- La convicción de que es posible realizarlo. En todos los casos, los soñadores, tienen la íntima convicción de que es realizable lo que ellos sueñan, aunque no haya antecedentes y nadie crea en las posibilidades de llevarlo adelante. ¿Prestar dinero a una costurera pobre porque dice que va a devolverlo con parte del beneficio que obtenga de la venta de sus vestidos? ¡Sí, exacto! ¡Qué negocio!
- El plan para cumplirlo. Aunque es algo nuevo y en la mayoría de casos, sin antecedentes, no se deja todo a la improvisación. Para grandes sueños, grandes planes. Naturalmente, el guión irá adaptándose a las experiencias y realidades que se van encontrando en el camino, pero se cuenta con ese mapa que será la guía de ruta. Yunus, tenía un escrupuloso plan que le permitió ir implantando poco a poco su sueño. Sin este plan, no nos engañemos, será imposible sacar adelante algo tan innovador.
- La ejecución. Con el sueño, la convicción y el plan, lo único que falta es llevarlo adelante con decisión, valor, paciencia y entrega. A Muhammad Yunus le llevó años convertir este singular banco en lo que es hoy. Y lo hizo, porque no desistió en su empeño y nada lo desmoralizó.
Si tienes un sueño y crees que es posible realizarlo, ya sabes cuales son las claves paraintentar su éxito. Pero ten en cuenta que no hablamos de una ocurrencia, ni siquiera de una buena idea, hablamos de algo realmente grande. Necesitarás vestirte de superheroe, porque no deberás hacer marketing, sino supermarketing.
¡Hasta el infinito y más alláaaaaaaaaaaa!!!