La Marca Personal

Futbolistas, políticos, actores y actrices, personalidades públicas, empresarios, profesionales del marketing,… Hoy en día cualquier persona tiene una marca personal que cuidar y que trabajar, y que es más importante a medida que su popularidad aumenta. Y no sólo basta con la apariencia en actos públicos, sino que hay que tener en cuenta qué haces y cómo lo haces, qué dices y cómo lo dices, la ética personal, la forma de dirigirte a tus fans… En definitiva, aplicar algunas normas básicas del branding de las marcas de productos y servicios y otras específicas para las personas.

No sólo la gente famosa puede tener marca personal, sino que todos tenemos un valor cuantificable a través de la influencia social, el puesto de trabajo, el salario, los seguidores, nuestras hazañas… Un término cada vez más escuchado en los últimos años: el Personal Branding, que habla de cómo dar a conocer tu valía o de cómo sobresalir entre la masa social. En definitiva, se trata del arte de construir y potenciar tu propia marca personal.

Pero no todos tenemos por qué crearnos una marca personal. Antes de comenzar con el Personal Branding hay que reflexionar sobre qué podemos aportar a los demás y sobretodo, cómo queremos que nos perciban nuestros futuros seguidores. Crearse una marca personal como si fuésemos una enseña corporativa nos generará tanto fans como algunos enemigos, tal y como sucede con cualquier marca. De modo que en este caso no nos valdrá para nada la típica frase que dicen las grandes marcas: “que hablen de mí, aunque sea mal”. En el personal branding la reputación de marca hay que cuidarla mucho más desde el inicio porque en este caso no se trata de un ente inexistente, sino que detrás hay una persona cuya vida puede verse afectada sensiblemente ante una crisis de ORM.

Con la aparición y alcance del mundo 2.0, la creación de una marca personal se ha hecho lo suficientemente asequible como para que en breve pase de ser una ventaja a ser un requisito. Un clarísimo ejemplo de ello es Enrique Dans, que ha sabido aprovechar la red para crear una gran marca personal que alimenta, cuida y mima cada día a través de sus posts, comentarios, tweets,… Se trata de una realidad fácil de comprobar, según datos recientes en España el 51% ya usa la web 2.0 para encontrar trabajo, el 31% tiene un perfil en alguna red profesional, y el 10% ha encontrado trabajo gracias a la sus contactos en la red. Así mismo, al otro lado del charco, en EEUU, las empresas ya utilizan las redes sociales en sus procesos de selección de personal, no en vano, en 2011 un 87% utilizó LinkedIn, seguido por Facebook con un 55% y Twitter con un 47%.

En el camino para la creación de tu propia marca personal nosotros distinguimos 3 grandes fases:

  1. Analítica. ¿Preparados?: Es la fase principal, en la que deberemos marcarnos los objetivos de partida, el por qué de la marca personal y cómo queremos comenzar. Algo así como las típicas preguntas existenciales del ser humano: ¿Quién eres?, ¿Cómo eres percibido? o ¿Qué quieres lograr? Para ello será necesario que analices cuáles son tus habilidades, tus pasiones y definas cuál va a ser tu propuesta. Examina cuáles son tus contactos y relaciones personales y profesionales, y genera a partir de ahí tu reputación personal. Y por último, define cuál es tu sector, tu mercado y tu estilo personal. En definitiva, hay que afilar el hacha antes de empezar a talar el bosque.
  2. Botadura. ¿Listos?: Ya sabemos cómo queremos comenzar, ahora hay que echarle valor y saltar al ruedo: crea tu marca. Todo lo que hagas o digas a partir de ahora irá definiendo quién eres: tus emociones, tus palabras, tus imágenes, tus publicaciones,… todo ello serán tus valores de marca. Genera tu red, con quién te mueves e interactúas, en qué lugares te mueves, quienes son tus amigos… Y cómo no, todo esto influye en tu entorno: qué influencias tienes, en qué comunidades te mueves, tu actividad. Hay que estar al tanto de todo lo que sucede en nuestro “campo” de acción: eventos, ponencias, actuaciones, actos solidarios, presentaciones… No importa cuál sea tu entorno: relaciónate y déjate ver.
  3. Mantenimiento ¡¡Ya!!: Como las grandes marcas, la generación de contenido propio ayudará enormemente a la creación de nuestra marca y a la supervivencia de la misma, asegúrate que la mayor parte es propio y original, los blogs no tienen coste y son sencillos de gestionar. Participa de los social media, están ahí para ayudarte a que te conozcan en cualquier parte del mundo. Hoy en día hay redes sociales de muchos ámbitos diferentes, averigua dónde se mueve la gente que te interesa y ahí es donde tienes que estar. De nuevo, involúcrate, participa, escucha, observa, interactúa, crea,… pero no te vuelvas un “cansino”. Las cosas en la vida han de darse en su justa medida. Y poco a poco, sin prisa pero sin pausa, irás viendo los resultados.

No te obsesiones con ser el mejor, sino con ser diferente. La marca personal no es fácil de gestionar, por ello concéntrate y aplica un esfuerzo extra para dedicarte a aquello que de verdad te gusta. Tienes que diseñar tu vida y preparar tu futuro, y todo lo que hagas ahora influirá en tu situación del mañana. No es una cuestión de quién eres ahora, sino de quién quieres llegar a ser. Y como le dice el personaje interpretado por Will Smith a su hijo en la película “En busca de la felicidad”: Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Ni siquiera yo, ¿vale? Si tienes un sueño, tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo ve por ello y punto.

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