Diseño de Páginas Web II: ¿Has ordenado tu Cuarto?

Hace casi un año os contábamos como diseñar una página web para poder atraer clientes. Pues bien, ahora vamos a contaros la segunda parte: cómo optimizarla y evitar posibles errores muy comunes en su gestión. El mundo 2.0 evoluciona muy rápido y si no estamos al día nos quedaremos fuera poco a poco. Ahora ya no basta sólo con el tipo y forma del contenido, sino también con la forma y configuración del continente.

Pero empecemos por el principio, por la puerta de entrada a la web, o dicho de otro modo, la landing page. Es importante tenerla optimizada, bien estructurada y que sea atractiva. Se trata de retener a las visitas no de que salgan corriendo a las primeras de cambio. Hay que ofrecer contenido relevante y atractivo o generar una llamada a la acción que les invite a entrar. La landing page tiene que mantener un equilibrio entre imágenes y texto, tener una interfaz sencilla y amigable, y evitar cualquier distracción que haga que el usuario pierda el interés en seguir navegando en nuestra web. En definitiva, ponérselo fácil a los visitantes.

Superado este paso, ¿tienes ordenado tu cuarto? Al igual que le reprocha una madre a su hijo adolescente, si nuestro cuarto no está ordenado las visitas no querrán entrar en él. Pero ¿qué es lo que hay en tu cuarto? En él está todo aquello que ayuda a que la web funcione de manera óptima. Esto no puede fallar. Por lo tanto, revisa en todo momento los siguientes puntos:

  1. Un poco de texto no hace daño: Parece una tontería pero influye de forma positiva en la mejora del SEO de la web: añadir una descripción a las imágenes. Además, también resulta interesante ya que ayuda a mejorar la accesibilidad de cada página, y porque los sistemas de navegación para no videntes reconocen esta información para poder explicar el tipo de contenido que están viendo.
  2. Cuida el lenguaje: Da igual si está en HTML en XHTML, ten mucho cuidado con las etiquetas. En un lenguaje de programación con tanto símbolo, letra y combinación de ambas, dejarse una etiqueta abierta es muy fácil, y luego te puede costar un mundo encontrarla. Es sencillo hacer un pequeño repaso a medida que se avanza para evitar estos problemas, ya que si está todo correcto la validación de la web será mejor y más rápida.
  3. Grano a grano se llena el granero: Como es sabido, Google penaliza a las webs que tardan demasiado en cargar, y uno de los objetos de la web que suelen influir en esto son las imágenes. La gran mayoría estamos acostumbrados a trabajar con JPG’s, pero este formato tiene el problema de que a medida que se modifica la imagen, ésta pierde calidad. Por ello recomendamos trabajar con PNG’s, un formato que protege la calidad ante los posibles cambios y retoques que le hagamos a la imagen. Y para rematar la faena, si las guardamos con entrelazado ayudaremos a que la imagen cargue de forma homogénea en lugar de forma vertical al abrir la web si ésta pesa mucho.
  4. Y el chequeo final: Hay muchas fases y puntos a tener en cuenta en la creación de una web, pero sin duda la validación es el remate final para que los buscadores nos indexen mejor y obtengamos una posición ventajosa. Se trata únicamente de comprobar que toda la codificación de la web se ha hecho correctamente. Para ello, la forma más habitual es hacerlo a través de la herramienta web de la W3C.

Pero claro, tu cuarto puede ya estar a punto y que entonces sólo necesite un lavado de cara tras años siendo una web 1.0. Entonces es cuando te puedes llevar algunas sorpresas por no haberte preocupado de una gestión webmaster correcta. Las sorpresas más habituales son:

  1. Más vale lápiz corto que memoria larga: Correo, redes sociales, webs de compras, accesos de usuario… Al final del día tenemos que saber de memoria muchas contraseñas, con el riesgo implícito de olvidarse de ellas si tu memoria no es muy larga. Y la opción de decirle al navegador que las guarde no es la más recomendable porque facilita su olvido temprano y si accedes desde otro equipo no te vale. Tener un archivo encriptado con todas tus contraseñas te facilitará la tarea, y sólo tendrás que memorizar una para acceder al mismo. Existen aplicaciones para ello como: Keepass o Password Memory.
  2. El lado oscuro te ha atrapado: ¿Tuviste una idea genial y llevaste a cabo una campaña de emailing? ¡¡Perfecto!! Eres el crack de la oficina. Pero cuando fuiste a hacer tu segunda campaña… Ups!!! No hiciste una buena selección de usuarios en tu base de datos y algunos han reportado abuso y te han marcado como spam. ¡¡¡Estás en una lista negra!!! Es muy importante hacer una correcta segmentación a la hora de hacer tus emailings y configurar bien el mensaje para no parecer un “spammer” y que te tomen por tal. Salir de una lista negra no es complicado, pero no es un trago de buen gusto verte en esa situación.
  3. Las contraseñas, mi tesooorooo!!!: A lo largo de la creación de una web pueden llegar a intervenir varias personas, desde el jefe del proyecto o el director de la agencia hasta el amigo de turno que como está en el paro te va a echar una mano porque no tiene nada que hacer y así te ahorras algo. Mucho cuidado con los permisos y contraseñas que das y a quien. A ese amigo que va a echarte una mano le puede salir un trabajo al día siguiente y dejarte colgado algunos días porque sólo él tenía las claves de acceso y te las pasará en cuanto tenga un momento, que nunca llega… Así que trabaja siempre con la creación de perfiles y usuarios por debajo del administrador para no perder nunca el control o limitar el acceso a determinados contenidos, por ejemplo en Analytics, donde es muy fácil que suceda si no se hace bien. Te ahorrarás algún que otro quebradero de cabeza.
  4. Las agendas son anuales: Ni más ni menos que eso, las agendas van del 1 de enero al 31 de diciembre, así que cuando la cambies asegúrate de actualizar la información de carácter anual, como por ejemplo la renovación de dominios. No serás el primero ni el último que ha estado a punto de perderlo, si es que no lo has perdido, por no recordar las fechas de renovación. Y esto que parece tan simple puede ser un golpe importante en la imagen de marca construida hasta la fecha. Imagina lo que supondría tener que cambiar el dominio de tu web porque no lo has renovado y te lo han quitado… ¿cuánto esfuerzo de marca se ha ido al traste por culpa de eso? Y la cosa puede ir a peor, porque si tienes el dominio asociado a un hosting puedes perder la web entera, y si no tienes copia de seguridad…

Como veis la gestión y creación de una web no es algo banal y que podamos encargarle a cualquiera. Hay que estar al tanto de muchos factores, algunos dependerán de nosotros al 100% y otros habrá que supervisarlos.

Y tú, ¿lo tienes todo bajo control?

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