Branding, 6 Errores que no puedes Obviar para Triunfar
Llevas mucho tiempo haciendo promoción de tu marca, has invertido en ella mucho tiempo y dinero, ya tienes una gran notoriedad entre tu público objetivo, y los resultados desde hace tiempo te acompañan pese a la actual crisis que vivimos. Pero has olvidado un punto importantísimo, registrar la marca, y ha llegado otra persona y lo ha hecho antes que tú. Aunque parezca la peor de las pesadillas, hablamos de un caso real, y no de una marca cualquiera, como verás a continuación. Por eso hoy queremos hablaros de algunos aspectos del branding a tener en cuenta.
La marca es una de las piezas más importantes de cualquier proyecto. Se trata de su seña de identidad, de la imagen que lo dará a conocer al mundo. El proceso de construcción de marca o branding, es un proceso constante que comienza con su creación y nunca cesa, ya que cualquier acción que realice la empresa puede afectar de un modo u otro a la marca. En este proceso no sólo se trata de mostrar los elementos visuales y estéticos, sino también hay que tener en cuenta los valores, las acciones y los conceptos relacionados al estilo de vida que se quiera asociar a la misma.
El Branding es una forma de entender el proceso de creación y gestión de las marcas, es una disciplina que se compone de las diversas actividades que se llevan a cabo para hacerlas crecer y potenciarlas. No es algo que se vende, no es una parte de los servicios de una agencia, el branding es un todo, es el conjunto de acciones que realiza la marca, así que todo influye. No es ni un producto, ni un servicio, es una filosofía de trabajo que permite emprender cualquier proyecto desde la perspectiva de una marca.
Y como la marca del ejemplo, muchas otras incurren en diversos errores durante el proceso, así que aquí os comentamos los seis errores más comunes:
- Al César lo que es del César: Si no quieres quedar tan mal como la marca del ejemplo, empieza la casa por los cimientos, es decir, acude a la oficina de patentes y marcas y registra tu marca una vez compruebes que está libre. Este paso es más obviado de lo que se puede pensar, y te puede costar un buen disgusto, u obligarte a un cambio de planes de última hora por no preverlo.
- Piensa en chino: Imagínate que tienes que leer un texto en chino, ¿verdad que no serías capaz ni siquiera de pronunciarlo? Pues sin ser tan radical, piensa igual con tu marca y no te compliques la vida con el nombre. Una buena elección hará que sea fácilmente reconocible por los clientes y usuarios. Ten en cuenta que el nombre de tu marca aparecerá por todas partes y servirá para identificar tus productos o servicios. No es fácil encontrar un nombre, eso ya te lo anticipamos, y te llevará un tiempo y barajar multitud de ideas dar con el idóneo. Tiene que ser sencillo, fácil de pronunciar, fácil de leer y fácil de escribir. Un brainstorming te ayudará a eliminar opciones más rápidamente y alcanzar la más óptima.
- Simple pero elegante: El nombre no lo es todo, ahora te falta dar con el diseño adecuado. Una manzana mordida, una ventana ondulante con cristales de colores, una sirena de dos colas dentro de un círculo o una gran eme dorada en forma de doble arco son bien reconocibles hoy en día (Apple, Windows, Starbucks y McDonalds). Pero para llegar hasta ahí hace falta una buena labor de diseño y mucho trabajo. Tienes que tener en cuenta: que debe generar confianza, lo qué transmite, qué emociones genera, en qué piensan los usuarios cuando ven tu logo… Son muchos detalles, pero si no los cuidas puedes conseguir los efectos contrarios a lo que buscas y hacer de tu proyecto una chapuza.
- Tu ego extiende cheques que tu cuerpo no puede pagar: Si, ya sabemos que es una famosa frase del cine, pero llevado al mundo de las marcas, si una empresa hace promesas que no puede cumplir, aunque no lo parezca, está dañando a la marca. Los consumidores son fieles a las marcas que cumplen sus promesas. No es necesario que les prometas la luna a tus clientes el primer día del proyecto, ya que si no eres capaz de conseguirla, el batacazo será nada más empezar.
- La santísima trinidad del marketing: Como ya hemos dicho, el branding es un todo, es el conjunto de acciones y experiencias asociadas a la marca, y por ello tienes que cuidar hasta el último detalle. Desde el logo hasta el contenido de los anuncios, pasando por los vídeos promocionales, las campañas virales, los textos de tu web, la actitud del personal hacia los usuarios, la filosofía de la empresa, su responsabilidad social corporativa… TODO cuenta. Ganarse la confianza de los clientes es complicado, y perderla sólo te llevará un segundo, así que cuida bien tu marca.
- Ningún viento es favorable si no se tiene un puerto de destino: De nada vale que hagamos un esfuerzo titánico para crear y desarrollar una marca si no tenemos una visión de hacia dónde queremos que vaya. Piensa en las grandes marcas: Apple quiere poner la tecnología más puntera en las manos de sus clientes; McDonalds quiere ofrecer comida rápida y de calidad. Starbucks quiere que sus clientes se sientan como en su casa tomando un café. Y tú, ¿qué quieres que sea tu marca para tus clientes? ¿Qué vínculo emocional quieres establecer con ellos?
Parecen seis puntos muy obvios, pero hasta los más grandes pueden equivocarse y cometer errores de principiante, y sino que se lo digan al gobierno español, el caso del ejemplo, que se ha encontrado recientemente con una desagradable sorpresa. Toma nota, tenlos en cuenta y tu marca crecerá fuerte y sana.