3 acciones que ganan votos en elecciones. Sorpresas del neuromarketing
¿Qué es lo que hace inclinar la balanza por un candidato u otro en unas elecciones? Por lo general, se piensa que el programa de gobierno, su capacidad, su experiencia, su honestidad, y cosas así.
Sin duda, todo eso puede influir, pero en realidad tienen mucho menor peso que tres acciones que son las que ganan el favor de los votantes, según lo demuestran las investigaciones sobre neuromarketing.
Comer.
¿Comer? Sí, comer. Pero no en mesas elegantes, sino en ambientes informales y comidas comunes o típicas.
Al parecer, ver al candidato comiendo es percibido por el subconsciente como una garantía de que esa persona será capaz de velar por nuestro sustento.
Por eso, organizar encuentros populares donde se pueda ver al político comiendo es habitual en los partidos que están mejor asesorados.
Los norteamericanos son, sin duda, de los mayores expertos en estas lides. Por eso, es habitual encontrarnos con imágenes de sus aspirantes, tanto demócratas como republicanos, comiendo informalmente en público.
Tocar.
El encuentro del candidato con la gente, los besos a los niños, los abrazos, cualquier manifestación que incluya contacto, transmite emotividad, y eso gana el corazón.
Si una persona se dedica a saludar con la mano de lejos, no transmitirá la misma emotividad que si estrecha la mano. Pero aún será percibido con mayor emoción si, además, toca a su interlocutor mientras le habla o si lo abraza.
En la siguiente imagen vemos al entonces candidato a la presidencia de Colombia, Andrés Pastrana en una actitud de atención y contacto con una mujer mayor, días antes de su elección.
Bailar.
Esto quizás sea lo más sorprendente, pero los políticos que bailan con la gente, transmiten cercanía. Son percibidos como accesibles, “alguien como yo”.
Un apuesto aspirante a una alcaldía mexicana, dio la vuelta a la intención de voto, al bailar en una fiesta popular con una treintena de señoras mayores y risueñas. Esa imagen borró de la mente de la gente la idea de candidato “estirado” que hasta el momento se tenía de él, y empezó a ser percibido como cercano y simpático (y no era un gran bailarín).
Bill Clinton obtuvo su reelección bailando la “Macarena” y provocó un delirio mundial, según los medios de comunicación.
Esperanza Aguirre se granjeó buena parte de la simpatía de sus electores, bailando en múltiples ocasiones, como registra la imagen del chotis que se marcó con un hombre mayor.
Naturalmente, comer, tocar y bailar, no garantiza ganar unas elecciones, y menos si los otros candidatos también lo hacen, pero quien no lo haga tendrá menos probabilidades.
Por supuesto, cuenta la sinceridad y autenticidad con la que se ejecuten estas tres acciones. Y sobre todo, contará la conexión que haya tenido el candidato con el ‘inconsciente colectivo’ del pueblo en ese momento. Pero ese será tema de otro post. De momento, si pretendes ganar unas elecciones, prepárate para comer en público, tocar a la gente y practica unos cuantos pasos de baile. Eso te acercará al podio.
Aunque parezca una broma, no lo es. Salvo que pienses que nuestro cerebro es un chiste… en ese caso, quizás estés en lo cierto. 😉