La diferencia sexual que aumenta las ventas
– Mi amor, ¿se terminó la mayonesa? No la encuentro en la nevera.
– El bote está sin abrir. Está en la nevera. Busca bien.
Pasado un momento…
– ¡Aquí no está!
Llega ella…
– ¡Aquí está!… frente a tus ojos. Si fuese una serpiente te muerde.
¿Te suena de algo un diálogo así?
Ocurre muy a menudo. No porque este hombre sea un despistado, ni porque esta mujer sea una lumbrera, sino porque hombres y mujeres somos diferentes a la hora de percibir la realidad. No lo afirmamos basándonos solamente en la observación empírica y en anécdotas como ésta, las investigaciones de neuromárketing han dejado en evidencia esas singularidades.
Antes de continuar, te aclaramos que nosotros estamos completamente a favor –y practicamos– la igualdad entre hombres y mujeres en cuanto a derechos, remuneraciones, oportunidades, etc. Pero admitimos que existen diferencias y, en realidad, nos encantan esas diferencias ;-).
En publicidad, lo “unisex” no es lo que mejor funciona. Aunque el producto sea el mismo, si la comunicación se adapta cuando se dirige a una mujer o a un hombre, los resultados son muy superiores.
Esto lo sabe muy bien Coca-Cola, que hace campañas del mismo producto adaptadas para un género y para otro.
Pero ¿por qué es necesario adaptar los anuncios?
Tubovisión masculina vs Multivisión femenina.
El hombre tiene una visión concentrada y estrecha, como si mirara por un tubo. Por eso, a la mayoría de los hombres les cuesta encontrar el producto que buscan en un lineal del supermercado. También es la razón por la que les resulta complicado atender a varias cosas a la vez y prefieren concentrarse en una.
En contraposición, la mujer tiene una visión múltiple que le permite captar en un instante todo lo que ocurre a su alrededor y ver muchos detalles a la vez.
Dicen los investigadores, que se debe a que desde sus ancestros, los hombres debían concentrarse en la presa que iban a cazar para el sustento, mientras que las mujeres debían estar atentas a los vástagos, a los peligros del entorno, al fuego, y a una multitud de detalles a la vez.
Sea como fuere, la diferencia es evidente. Entonces ¿cómo debes adaptar tus mensajes a unos y otros?
Pongamos un ejemplo. Tu producto es el mismo para hombres que para mujeres. Vas a realizar una campaña en revistas. Algunas, las suelen comprar mayoritariamente hombres y, otras, principalmente mujeres.
¿Pondrías el mismo anuncio? Eso es lo que hace más del 90% de los anunciantes. Lo cual es un error, ya que la tubovisión del hombre y la multivisión de la mujer, hace que la forma de atraerlos sea diferente.
Hemos preparado un ejemplo “muy tonto” para escenificar de forma simple y gráfica lo que te estamos contando (Que conste en acta, que nuestros desarrollos creativos son más elaborados, esto es sólo para ilustrar ;-).)
Supongamos que vendemos felicidad. Producto que compran ambos sexos.
Para las revistas masculinas convendría poner una anuncio como éste:
El anuncio es directo, centrado en una sola imagen. Ideal para la mente “tubular” del hombre.
Pero en las revistas femeninas, este otro anuncio funcionaría mejor.
La multivisión de la mujer, hace que este anuncio repleto de cosas por ver, le resulte más atractivo, interesante y seductor.
Si tienes un producto “unisex”, “sexualízalo” si pretendes vender más. Si por el contrario, tu producto va a un determinado género, aprovéchate de las peculiares características de cada uno.
En resumen, piensa en “tubo” y piensa en “multi”, y la igualdad, déjala para los derechos, las remuneraciones y el amor.