Si no sabes preguntar, no puedes innovar. Aquí 3 claves
¿Qué es más importante para ti, contar con buenas preguntas o con buenas respuestas?
Piénsalo bien, porque allí está la clave de la creatividad, la innovación y los grandes negocios.
Albert Einstein lo tenía muy claro. “Si yo tuviera una hora para resolver un problema y mi vida dependiera de la solución, yo gastaría los primeros 55 minutos para determinar la pregunta apropiada, por que, una vez supiera la pregunta correcta, yo podría resolver el problema en menos de cinco minutos.”
Por lo general, se piensa que la clave está en las soluciones, pero no. La clave está en las preguntas correctas porque ellas nos conducen a las respuestas que nos llevarán a nuevos horizontes y a nuevas preguntas que nos enviarán a nuevas respuestas y así sucesivamente.
Los directivos de las empresas más innovadoras, son excelentes “preguntones”, según el escritor Warren Berger, quién entrevistó a líderes de Google, Airbnb, Ideo y Netfix, entre otras.
Pongamos un ejemplo práctico. A todos nos fastidiaba tener que pagar multa en el videoclub por las películas que entregábamos tarde. La pregunta que nos hacíamos enfadados era: ¿Por qué tengo que pagar una multa si la estoy devolviendo?
Pero Reed Hastings, se formuló esta otra pregunta: “¿Y si un negocio de alquiler de películas funcionara como un gimnasio?” Y fue el inicio de Netflix. Más adelante se preguntó: “¿Y si nosotros también produjéramos contenidos?” Y al poco tiempo lograban su primera nominación a un premio de la Academia.
Otro clásico “preguntón” era Steve Jobs, quién llevaba a la práctica el concepto zen de la ‘mente del principiante’ que, esencialmente, consiste en verlo todo como si fuese la primera vez.
Richard Branson, fundador y dueño del imperio Virgin, tiene un cuaderno que únicamente lo destina para escribir preguntas.
Existen muchas técnicas para dar con las preguntas correctas. Desde Alex Osborn –inventor del famoso Brainstorming (lluvia de ideas)– que propone una batería de preguntas, hasta los autores de Gamestorming, que diferencian cinco tipos de preguntas que potencian la creatividad, y varias otras técnicas propuestas. Lo importante es que, de una u otra forma, se formulen las preguntas correctas, como decía Einstein.
A continuación te damos algunas pistas extraídas de los diferentes métodos, que te ayudarán a dar con esas preguntas que hagan más rica tu creatividad, innovación, tu negocio e, incluso, tu propia vida.
Vuélvete niño
Antes que nada, debes olvidar lo que ya sabes, y replantéate las cosas como si fuese la primera vez que las ves y las preguntas como si fueras un niño.
Por ejemplo, hace poco interrogábamos al flamante director general de una industria respecto a cómo había logrado tan sorprendente ahorro en muy pocos meses. Y su respuesta fue: “preguntando”.
Como era una industria nueva para él, contó que una de las primeras cosas que hizo fue bajar a la fábrica y empezar a preguntar cosas elementales que le llamaban la atención. Se acercó a uno de los empleados y le preguntó “¿Por qué apilas las cajas de a cuatro siendo que hay más espacio?. El empleado le contestó que porque siempre se había hecho así. Pero no había una razón que lo determinara. Entonces le pidió que a partir de ahora, incluyera una caja más, permitiendo un ahorro importante en embalajes, almacenamiento y logística. Lo mismo ocurrió, con otra serie de detalles que, al final, lograron una importante cifra de ahorro en muy poco tiempo.
Él nos decía que si no se hubiera molestado en preguntar cuestiones básicas, se hubiera continuado haciendo lo mismo, sin lograr esa optimización.
Cambia el enfoque
Hay preguntas que conducen a las mismas respuestas. Por eso es fundamental cambiar su enfoque.
Supongamos que se quiere lograr un mayor aumento de las ventas, la pregunta clásica que llevaría a las mismas respuestas de siempre sería ”¿Cómo podemos aumentar las ventas?” Seguramente se buscarían soluciones en las promociones, destacar las virtudes del producto, hacer publicidad… lo de siempre.
Pero las preguntas que nos podrían conducir a soluciones innovadoras deberían cambiar su foco orientándolo hacia otras áreas. Por ejemplo: ¿cómo se puede utilizar nuestro producto de un modo que no habíamos imaginado?
Se cuenta que dos vendedores de neumáticos iban por una carretera y vieron a lo lejos la humilde casa de una familia indígena. Para hacerle una broma, uno le dice al otro que le apostaba 50 euros a que no era capaz de vender un neumático en esa casa. El compañero le subió la apuesta diciéndole, te apuesto 100 euros a que se lo vendo. Ambos aceptaron la apuesta.
El vendedor que se quedó en el coche vió como su compañero se acercó a la casa y se puso a conversar animadamente con el indígena y su familia. De pronto comenzó a hacer rodar el producto, luego le puso una soga, al momento lo hizo rebotar, y terminó haciendo un par de extrañas demostraciones más. El indígena entro a la casa, le dió el dinero y el vendedor volvió al coche con una enorme sonrisa mientras le enseñaba los billetes a su sorprendido colega.
–Pero ¿qué le dijiste al indígena para que te lo comprara siendo que no tiene ningún vehículo?–le inquirió el perdedor nada más subir al coche.
–Bueno, primero me pregunté ¿qué es lo que más puede desear un indígena que vive aislado con su familia? Como sé que ellos sobre todas las cosas, quieren que sus hijos sean sanos y felices, le ofrecí lo que deseaban. Le dije que con este neumático los niños tendrían diversión garantizada, ya que podrían rodar dentro de él, saltar sobre él, si le ataban una cuerda podían colgarlo de un árbol y columpiarse y todo eso permitiría que, además de disfrutar, crecieran fuertes y sanos porque les desarrollaba sus músculos. Entonces entró y pagó. Y ahora dame mis 100 euros.
Échale imaginación
La mayoría de preguntas que despiertan la creatividad son las que se formulan con imaginación. Recuerda las preguntas del fundador de Netflix, empezaban con un ¿Y si…? No es el único comienzo que mueve la imaginación, pero éste siempre da mucho juego.
Cuando todas las llamadas internacionales de teléfono se pagaban (y muy caras), Skype se hizo una disparatada pregunta para la época ¿y si ofreciéramos llamadas internacionales totalmente gratuitas?
Otros ejemplos, un fabricante de calzado podría preguntarse ¿Y si vendemos pares de zapatos con diseños desiguales? Un fabricante de coches ¿Y si hacemos coches que no necesiten conductor? (Ops!, quizás alguien ya se haya hecho esa pregunta). Etcétera, etcétera, etcétera.
Otras formas de recurrir a la imaginación es “invocar” a diversos personajes. Por ejemplo, una empresa que hace cuadros con el adn de las personas, para llevarla adelante se preguntaron ¿Cómo lo haría Steve Jobs? y afirman que cada vez que tienen dudas de cómo enfocar su negocio, se hacen esa misma pregunta, y eso les permite ver con claridad el camino a seguir.
Si pretendes ser creativo, innovador y un gran empresario, debes ser un gran preguntón. Especialízate en el arte de formular preguntas correctas. Te hemos dado las primeras pistas. ¿Y si ahora coges una libreta y…?