5 jun'17

Cómo acertar en tus decisiones de empresa. ¿O es una utopía?

Son las decisiones las que sustentan el éxito, la mediocridad o el fracaso de una organización. Por esta trascendencia debemos prestar especial atención a la forma en que las tomamos.

Tendemos a pensar que son estrictamente racionales utilizando la gran cantidad de información de la que disponemos en la actualidad, sin embargo, hoy sabemos que no es así. La mayoría son emocionales. Muchas de ellas basadas en sesgos que, una vez decididas, intentamos justificar racionalmente.

Un estudio publicado en Harvard Business Review, ha subrayado que quienes aplican procesos efectivos de decisión, obtienen el 90% de los resultados esperados, e incluso el 40% superaba sus expectativas.

En contraste, es asombroso que sólo el 2% de los directivos estudiados empleaban algún proceso efectivo de toma de decisiones.

¿Cuáles son las mejores prácticas para estar entre los que obtienen buenos resultados?

Simple. Pros & contras de Franklin, más un filtro.

Una de las formas más sencilla y vigente a pesar de que ya cumplió más de dos siglos, es la de Benjamín Franklin. Él aconsejaba hacer un listado con los pros y contras sobre lo que se tiene que decidir y, en función de hacia dónde se inclina la balanza, tomar la decisión.

Para determinadas decisiones sigue siendo un método válido, pero se hace indispensable añadir una tercera variable, la de los valores que puede representar un filtro que les dé otro sentido a los pros y contras.

Los valores pueden hacer que un pro o un contra quede invalidado. Pongamos un ejemplo sencillo. Un fontanero nos ha hecho un servicio, nos pregunta si queremos o no factura. En los pros, estaría el ahorro que obtendríamos, en los contras la ilegalidad que supone.

Al pasarlo por el “filtro”, si nuestro valor se sustenta exclusivamente en la economía, la decisión dependerá de cuál me beneficie más económicamente. Si nuestro valor es la honestidad, automáticamente deja de haber opciones y la respuesta sólo es una.

Global. Proceso de enfoque.

Existen varios métodos y hasta APPs cuyo objetivo es ayudar a tomar las mejores decisiones. Aquí vamos a hacer un mix de lo que sabemos que mejor funciona.

1. Enfoca la información.

Contar con información es básico, actualmente esto no representa un problema. Más bien el inconveniente radica en seleccionar con buen criterio la información relevante. Esto implica estar atentos para que lo que ya sabemos no nos deje ciegos ante información importante que nos pueda estar faltando para tomar la decisión. ¿Qué sabemos y qué debemos saber?

2. Enfoca la diana.

¿A qué objetivos actuales de la compañía afecta la decisión? Debe hacerse una lista de entre tres y seis. De esta manera conseguimos centrarnos en lo importante para evitar caer en los sesgos cognitivos que suelen aparecer en el proceso. ¿Cuánto y cómo afecta a nuestras metas?

3. Enfoca quiénes y cuándo.

¿Quiénes son las personas más idóneas para tomar esta decisión? Si es una decisión financiera, serán unos actores, si es estratégica, entrarán otros, etc.

Si eres tú directamente quién debe decidir, conviene que consultes al menos a otras dos personas, aunque lo ideal es entre tres y seis. No más, porque la eficacia con más interlocutores comienza a descender. Contemplar los puntos de vista de otros reducirá el riesgo de equivocarte.

Establece la fecha en que esa decisión debe ser tomada y déjala muy clara a todos los implicados.

4. Enfoca en el tiempo.

Imagínate que eres un cuentacuentos. Sitúate dentro de un año después de haber tomado la decisión. ¿Cuáles son los relatos surgidos? ¿Cómo se ve tu empresa con esa decisión tomada?

Puede parecer una broma, pero no lo es. Los mejores decisores visualizan las consecuencias de su decisión desde la perspectiva futura. Tómatelo como un juego muy serio ;-).

5. Enfoca alternativas.

¿Es realmente la mejor decisión? Vuelve a jugar. Saca a relucir toda tu creatividad y la de tu equipo y piensa en alternativas posibles.

Una importante empresa familiar pasaba un momento crítico. Sus ventas se habían desplomado debido a la crisis y se imponía una ola de despidos. Había que tomar esa dura decisión o la empresa naufragaría. No había alternativa. ¿No la había? Eso es lo que decían todos los expertos.

La familia propietaria tenía un fuerte sentido de la responsabilidad y el compromiso social, era uno de los principales valores sobre los que se había sustentado la compañía.

Pasaron por todo el Proceso de Enfoque para la toma de decisiones. Al llegar a la fase de plantear alternativas, fue cuando vio la luz otra solución, que finalmente fue la salvación de la empresa.

No había trabajo en fábrica para todos por falta de pedidos. Fueron transparentes con el personal explicándoles el problema y la solución de los expertos, pero ofreciéndoles acogerse a una arriesgada y novedosa alternativa.

Les propusieron cambiar su trabajo en fábrica para convertirse en comerciales de la marca con todo el apoyo formativo. “Queremos que todos continúeis en el barco, sabéis que sentimos que también sois parte de esta familia, y quisieramos probar si esto funciona.”

Más del 80% de los trabajadores aceptaron. El cambio en la estrategia comercial provocó el incremento de las ventas, especialmente en zonas inexploradas hasta el momento. Cuando la empresa terminó de recuperarse, muchos de los empleados que podrían haber vuelto a su puesto de origen prefirieron continuar en su nueva y apasionante función.

Nada de eso hubiera pasado sin un acertado y creativo proceso de decisiones.

Por supuesto, una vez tomada la decisión, debes fijar plazos y marcar un seguimiento regular para que se lleve a cabo.

Si te estás preguntando si estos procesos te garantizan la mejor decisión, te diría que tendrías las mismas garantías que tiene un equipo de fútbol de ganar la “Champions”… si ha elegido un buen entrenador, buenos jugadores y buenas estrategias, han tomado las mejores decisiones para que el triunfo no sea una utopía ;-).

Fuentes:
“Decisive”. Chip Heath & Dan Heath. Crown Publishing Group.
Harvard Business Review. Erik Larson. CEO of Cloverpop.
“The five steps to better decisions”. Marcia W. Blenko, Michael C. Mankins and Paul Rogers.
Coaching & Management. Recolocación. José María Garteiz.

Carmen Salas
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