1 abr'19

Cómo Sócrates aumentó las ventas de Lego con big data

Cada día se generan 2.500 millones de Gb de datos. Una cifra abrumadora, sin duda. Disponer de información ya no es el problema aunque, por supuesto, contar con herramientas y personal que
nos permitan gestionarla adecuadamente para que tenga sentido, es importante.

El vicepresidente de producto e innovación de Netflix, Todd Yellin, afirma que “el big data es una gran cantidad de basura que esconde diamantes”. Él mismo afirma, que los algoritmos del machine learning ayudan a encontrar esos diamantes.

Sin embargo, a menudo, se tienen frente a los ojos una serie de cifras que reflejan una realidad pero se quedan ahí, sin profundizar, y hay tesoros que pueden estar sepultados en esa fría información. ¿Cómo sacarlos a la luz?

Es entonces cuando nuestro querido y legendario Sócrates viene en nuestro socorro para revelarnos verdades que nos conduzcan a decisiones diferentes y más fructíferas en medio de esa maraña de ceros y unos.

Como sabes, en el famoso ‘método socrático’, lo más importante es la pregunta que nos conduce a un diálogo revelador.

Hacer las preguntas correctas es la clave para que el big data aporte sentido.

Lego nos ha dado una magnífica lección de cómo una buena pregunta puede conducir a un gran negocio.

La historia de Lego ha tenido momentos de gran esplendor y otros de preocupante decadencia. Ha sabido reinventarse para resucitar el interés en sus famosos bricks añadiendo, por ejemplo, Lego Architecture, barcos piratas, castillos, villas, coches, vikingos, dinosaurios, etc.

Sin embargo, un dato se mantenía constante. La enorme mayoría de sus clientes eran niños, a pesar de sus varios intentos por interesar a las niñas. La cifra era contundente: 91% de pequeños jugadores contra apenas el 9% de sus pares femeninas.

Cualquier directivo se podría haber rendido a la evidencia de que Lego sólo les gusta a los niños y centrarse en ese mercado, olvidándose de ellas y punto. Pero había llegado un momento crítico
para la empresa, sus pérdidas eran tantas que estaba a punto de venderse.

El big data no revelaba nada que diera luz para revertir la situación. Fue entonces cuando el presidente, Jørgen Vig Knudstorp, acudió a Sócrates.

Se preguntó lo que nadie se había preguntado hasta entonces, ¿por qué Lego no les gusta a las niñas?

Para encontrar la respuesta, iniciaron una investigación que duró cuatro años e incluyó a 3.500 familias. Fue entonces cuando descubrieron que ellas preferían los juegos colaborativos y las construcciones pequeñas.

Con la respuesta en sus manos, crearon la línea, Lego Friends, que duplicó sus previsiones de ventas –que eran muy elevadas– convirtiéndose en la salvación de la empresa y uno de sus mayores éxitos históricos.

¿Hubieran llegado a este éxito sólo con big data? Es obvio que no. Sócrates jugó un papel clave.

Recuerda que las preguntas adecuadas son el viento que te conducen a buen puerto en el mar de información que te toca navegar.

Fernando Seco Marrone
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