¿Tu negocio es creativo asintomático? Despabílalo con 1 ejercicio y unas preguntas
Tu negocio es potencialmente creativo, sobre eso no hay dudas. La cuestión es que, si esa cualidad la disimulaba, ahora debes evidenciarla para asegurarte que el vendaval que estamos viviendo no te tumbe sino te fortalezca.
Efectivamente, prácticamente todos los expertos coinciden en que aquellos negocios que echen mano de la creatividad y se adapten a la nueva situación creada por la covid-19, tienen muchas más probabilidades de sobrevivir.
De hecho, no solo los pequeños negocios lo están haciendo, también grandes multinacionales están flexibilizándose, para poder reaccionar con mayor rapidez y creatividad.
Las empresas somos nosotros, las personas que las integramos. Por tanto, lo que debemos hacer es entrenar nuestra mente para que esté despierta, sea creativa y capaz de descubrir cosas que no vemos cuando estamos ciegos por las rutinas y la comodidad de no cuestionar nada.
Primero te proponemos hacer un sencillo ejercicio que obliga a tus neuronas a activarse. Una vez despiertas, estarás en condiciones de poder ver más allá del pequeño horizonte de 4 paredes que nos suele aprisionar.
En este estado mental, conseguirás plantearte las cosas de otro modo y hallar nuevas respuestas que te pueden abrir innovadores horizontes.
Ejercicio: ¿qué alternativas tengo?
El destacado psicólogo J.P. Guilford, célebre por sus estudios sobre inteligencia y creatividad, propuso un ejercicio tan simple como eficaz.
Consiste en tomar cualquier objeto y encontrarle varias alternativas diferentes a su uso habitual. Cualquier cosa: un libro, un lápiz, un teléfono, una lupa, un automóvil, da igual. La cuestión es pensar en aplicaciones distintas para ese elemento.
Haz la prueba ahora mismo, antes de continuar leyendo. Tómate un par de minutos para encontrarle usos alternativos a este guante. Cuanto mayor número de opciones y más apartadas de su uso habitual, mejor.
¿Encontraste tres, diez, veinte opciones distintas? ¡Bravo! la cantidad de respuestas indica la fluidez que tienes. Cuantas más ideas, mejor.
Pero no es lo único a tener en cuenta. La originalidad es otro de los aspectos clave y más importante aún. Cuanto más apartado esté de su aplicación habitual y más creativo resulte su uso, más despiertas tendrás tus neuronas.
Por ejemplo, si alguno de los usos alternativos que le encontraste es el de un globo o un preservativo (¡Ops! 🤭 ), está muy bien, pero al ser un material similar al de estos productos, no será tan creativo como si le hubieses encontrado una funcionalidad muy distinta, como macetero colgante o sujetalibros flexible, por ejemplo.
También se tiene en cuenta la elaboración de la alternativa. Si das detalles de cómo harías esa aplicación, estupendo. “Ato dos dedos para poder colgarlo de cualquier sitio, a los tres dedos del medio le pongo tres pilas usadas, relleno el guante con un ovillo de lana, le pinto un par de ojos y una boca, lo cuelgo en el pomo exterior de mi habitación y ¡voilá! ya tengo un ”espantaindeseados”.
Finalmente, la flexibilidad es un factor relevante. Significa que cuantos más aspectos diferentes de aplicación le encuentres, más están trabajando tus neuronas. Supongamos que has mencionado que el guante lo utilizarías de calcetín y, en otra opción, como gorra. En realidad, ambas pertenecen a un mismo ámbito, que sería utilizarla para recubrir una parte del cuerpo. Pero, si otra opción es que lo emplearías como manga pastelera (haciéndo un agujero en los dedos), pertenece a un área de aplicación completamente diferente.
Ahora, que eres consciente de estos cuatro aspectos a tener en cuenta, estamos seguros que, si vuelves a repetir el ejercicio, encontrarás aún más y mejores aplicaciones.
Eso se debe a que la creatividad sí se puede entrenar. Una vez activadas tus neuronas y dispuestas a descubrir nuevos caminos no convencionales, llega el momento de enfocar tus ideas.
Preguntas para enfocar tu creatividad
¿Cuál es tu cantante favorito?
Automáticamente tu mente se ha puesto a trabajar buscando una respuesta. Podrías haber dicho uno: Joe Cocker, Alejandro Sanz, Laura Pausini, Luciano Pavarotti, Beyoncé… o, simplemente, haber respondido: “déjate de chorradas, que estoy leyendo”. Sea cual fuere la respuesta, tu cabeza se ha puesto a trabajar. Es lo maravilloso que tienen las preguntas.
Pero quizás lo más útil de ellas, es que nos permite centrarnos en la cuestión que se plantea. De allí, la gran relevancia que tienen las preguntas que nos hacemos.
El ilustre matemático, Enrique Gracián, lo resume magistralmente al afirmar que “un problema bien planteado siempre lleva a la solución”.
En este sentido, un truco clave que aconsejan aplicar los más grandes interrogadores, es formular preguntas abiertas. Las preguntas cerradas no invitan a pensar. ¿Te gusta cantar? Sí o no será la respuesta, fin del camino. Sin embargo, si la pregunta es ¿por qué te gusta (o no te gusta ) cantar? te obliga a analizar para elaborar la respuesta que, sin duda, será mucho más reveladora.
Aplicando esto a tu empresa, es fundamental que formules preguntas bien enfocadas que te permitan encontrar alternativas para tu negocio en cualquiera de sus ámbitos de actuación: tus productos, servicios, atención al cliente, empleados, nuevas oportunidades, procesos, gestión, etcétera, etcétera y etcétera.
Te formulamos algunas que te podrías plantear:
¿Hay aspectos del trabajo que estemos haciendo por rutina y no porque sea la mejor forma de hacerlo?
¿Cómo podríamos reinventar nuestro servicio o producto en estas circunstancias?
¿Qué nuevas necesidades de nuestros clientes no estamos atendiendo y lo podríamos hacer?
¿Hay algo que podamos aprender de cómo lo solucionan en otro sector?
¿Cómo nuestro equipo y nuestros clientes podrían emocionarse con la empresa?
En fin… las preguntas podrían ser infinitas, y todas te podrían conducir a nuevas alternativas enriquecedoras para tu negocio.
Como te decíamos al principio, tu organización es creativa, pero no debe ser asintomática porque podría contagiarse de “desfase-19”, “coronApatía”, o cualquier otra enfermedad corporativa que la lleve a un coma inducido.
Un ejercicio y unas preguntas, podrían hacer que tu negocio despierte y descubra nuevos horizontes. Pero recuerda, que una golondrina no hace pandemia creativa, debes aplicar esta profilaxis cada día que los síntomas sean evidentes. 😉