13 feb'23

3 claves para crear un evento de alto vuelo para tu marca

Si no tienes tiempo de leerlo te damos la opción de oírlo

La percepción que un cliente tiene de tu marca se forma por el cúmulo de experiencias que vive con ella. Desde el primer impacto —sea un “hola”, un anuncio, el momento de la compra y posterior uso, etc.— hasta el servicio de post venta y la recomendación (o no) a otra persona.

Cada uno es importante para construir un branding coherente, positivo y seductor. Sin embargo, hay una experiencia que tiene la capacidad de, en apenas unas horas, transformar o reforzar una imagen notable de tu organización, siempre y cuando, se haga bien.

Los eventos pueden llegar a ser una especie de inmersión con capacidad de impactar de forma decisiva en los asistentes. Es como subirlos a un avión, tenerlos allí exclusivamente para nosotros, y ofrecerles una experiencia de vuelo que los puede dejar alucinados o aburridos o indiferentes, todo dependerá de lo atinados que hayamos sido.

Si en ese vuelo el suelo del avión lo hemos hecho transparente y sienten que literalmente caminan por las nubes. Si les contamos nuestra historia y propósito a través de actores paracaidísticas que hacen una coreaografía a su alrededor. Si esos momentos los comparten con compañeros de viaje con quienes empatizan. ¿Acaso podrían dejar de alucinar con semejante experiencia con nuestra marca?

Por supuesto, es una metáfora, pero nos gusta pensar los eventos como una ocasión única para generar un impacto extraordinario, como la del vuelo anterior. Para ello, es indispensable tener claras tres claves para que sea así.

El objetivo

¿Por qué debemos organizar este evento? ¿Qué pretendemos conseguir? ¿Para quiénes lo vamos a organizar?

Tener marcado el “norte” es esencial, o podemos realizar un evento maravilloso que no nos sirva para nada. Lo cual es un absurdo, mejor ahorrarnos el dinero.

Cuando el objetivo está claro, tenemos hecho medio camino. Así de importante es definirlo, porque sabremos cual es el espíritu que debe tener, a quiénes se dirige y esto va a facilitar que todo lo demás se resuelva más rápidamente y con sentido.

La experiencia original

Como ya sabemos lo que pretendemos, se puede definir qué experiencia vamos a ofrecer. Eso sí, para que genere impacto debe ser lo más original posible.

Esto abarca, desde la ubicación, la gastronomía, la decoración, el espectáculo, hasta los detalles más mínimos.

Por ejemplo, Prada impactó con la elección de un espacio insólito para ellos, como el Mercado Central de Valencia, para organizar una de sus macrofiestas más sonadas.

Puedes pensar, “es que no tenemos semejante presupuesto”. No se necesita si tu objetivo es diferente al de las grandes marcas, pero puede ser igual de impactante para tu público.

Otro ejemplo. En una ocasión organizamos un evento en el que reconvertimos un restaurante en un gran barco pirata. Los camarero/actores eran piratas con pata de palo, garfios, parches en el ojo, que servían montando pequeños gags temáticos, entre otras sorpresas. La entrada al restaurante era un enorme “mascarón de proa” que abría y cerraba la boca para dejar pasar a los invitados y que echaba humo por su nariz. ¿Crees que alguien olvidaría el lanzamiento de un juego de piratas después de esta experiencia?

En este sentido, la creatividad es la mejor aliada. Buscar detalles que se salen de lo normal, que tengan relación con lo que hacemos, y que generen sorpresa.

Aunque es obvio —ocurre más a menudo de lo deseable— debes asegurarte de que la asociación con tu marca está siempre presente. En algunas ocasiones ha sucedido que la gente recuerda un evento maravilloso pero no a la marca que lo organizó.

Eso debes evitarlo a toda costa. Para ello, es necesario que las actividades que se realicen y la presencia de marca en diferentes puntos, estén garantizadas. Que cuando termine la acción y haya transcurrido el tiempo, todos los asistentes recuerden exactamente quién les hizo vivir aquella experiencia tan molona.

Ha pasado mucho tiempo desde que se realizaron algunos de los eventos que contamos, pero el recuerdo permanece indeleble y, quienes asistieron, lo recuerdan con una sonrisa seguida de anécdotas del impacto recibido.

La organización

Pero nada de eso se logra si no lo organizas a la altura. Para ello, contar con profesionales en todas las áreas es lo ideal. Así te aseguras una buena conceptualización, diseño, gestión y realización integral.

La selección de los proveedores es un aspecto clave. Saber quiénes se adaptan mejor a tus necesidades y exigencias. Una magnífica decoración perderá brillo si el catering es mediocre, o viceversa. Y así, con cada aspecto.

Por último, aunque es de lo primero que tendrás que decidir, es asignar el presupuesto para el evento. Esto es clave, porque tanto quienes organizan (sea a nivel interno o una empresa profesional como la nuestra u otra), lo deberá tener en cuenta para lograr cumplir con el objetivo adaptándose al presupuesto.
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Luego deberás evaluar si se han cumplido los objetivos, como mejorar en próximas ocasiones, etc. Pero si tienes en cuenta estos 3 aspectos esenciales, la posibilidad de que la experiencia de “ alto vuelo” que ofrezcas deje un impacto notable entre tus invitados es muy alta.

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