Por qué y cómo hacer que tu marca emocione
A estas alturas ya sabrás que está demostrado que más del 90% de las decisiones de compra y preferencias de marca son emocionales e inconscientes. Esto incorpora un factor clave en la construcción del branding de una organización, se hace indispensable determinar a qué emociones se vinculará tu marca si pretendes triunfar.
¿Qué pasa si no tomas esta decisión en forma consciente? Que la gente igual sentirá determinadas emociones —incluida la apatía— sobre tu marca y sus productos o servicios y decidirá si la prefiere o no. ¿No es mejor que tú decidas qué sentirán por tu marca?
Al definir qué emociones estarán asociadas a tu organización, estarás tomando las riendas de la construcción de tu branding de un modo más completo y efectivo.
Las marcas que enamoran lo consiguen, precisamente, porque conectan con emociones que mueven a sus seguidores. Consiguen evangelistas que difunden sus virtudes y hay quienes, incluso, se tatúan el logotipo de su marca favorita.
Ahí tienes ejemplos como los de Disney, Nintendo y Harley Davidson, que están en el podio de las más tatuadas. O Apple y Samsung, que cuentan con una pléyade de evangelistas que, además, han sido un factor determinante para superar momentos de crisis.
Pero no es necesario mirar a empresas tan grandes para ver ejemplos de marcas que emocionan a sus clientes. Un pequeño gimnasio/academia de Valencia ha logrado impactar tanto en la vida de sus usuarios y alumnos que varios de ellos llevan tatuado con orgullo el logotipo de la marca. Lo que importa no es el tamaño, sino cuánto comprometes emocionalmente a tu público.
¿Por qué emocionar a tus clientes?
La respuesta es simple… y la sabes: porque la emoción genera notoriedad, ventas y fidelidad. Punto.
¿Cómo haces para conectar emocionalmente con tus clientes?
Lo primero, es que seas consciente de cuál es la emoción más conveniente para tu marca. Para ello, debes tener en cuenta cuál es tu propósito y el posicionamiento que deseas (lugar en la mente de tu cliente).
Se han llegado a contabilizar más de 500 emociones, así que tienes un gran abanico para elegir. No obstante, las básicas, según el proyecto Universo de Emociones liderado por Eduard Punset, el Dr. Rafael Bisquerra y PalauGea, son seis: alegría, amor, felicidad, miedo, ira y tristeza. Dentro de cada una de ellas, hay toda una constelación más.
Una marca que es maestra en vincularse a una emoción positiv, como la felicidad, es Coca-Cola. Mensajes como “Destapa la felicidad”, “La chispa de la vida”, y otros más siempre vinculándose a esos espacios de encuentros y momentos felices, ha logrado una conexión muy profunda con su público. Tal es así, que un estudio de neuromarketing comprobó que el 70% de los consumidores prefieren la marca por su vinculación emocional con ella.
Puedes pensar ¡Ya está! Nos vinculamos con la felicidad. No es tan sencillo, puede ser bueno para tu marca o no. A veces, vincularse a emociones negativas puede ser positivo para una marca en concreto.
Te ponemos un ejemplo de un cliente nuestro. Es una empresa tecnológica que tiene la virtud de acelerar los procesos de sus clientes incrementando notablemente su efectividad. Les propusimos vincular su marca a dos emociones principalmente.
Por un lado, a una emoción que se denomina “fluir” (flow), que es cuando sentimos que estamos en un estado óptimo de productividad, todo parece que fluye con acierto y rapidez.
¿Por qué a esta emoción? Porque es relevante para sus clientes y, además, la competencia no despertaba ese sentimiento, así que era otro factor de diferenciación.
Por otro lado, vincular la marca al miedo. ¡Al mieeedo! Exacto. ¿Por qué? Porque los seres humanos tenemos miedo a la pérdida. Este es, precisamente, uno de los principios más importantes de la persuasión.
Pero ¿miedo a qué? Miedo a que, si no contran los servicios de esta tecnológica, estén perdiendo competitividad y sean superados por otras empresas.
Este mix de fluir y miedo, les está dando muy buenos resultados. Naturalmente, todo eso debe reflejarse en la comunicación y en la cultura corporativa, pero ese es tema para otro artículo… o libro, más bien 😉
Enfocar la marca desde la emoción, es algo muy poderoso que funciona tanto en marcas grandes como pequeñas… o diminutas.
Para que te inspires, te dejamos algunos ejemplos de cómo han conectado emocionalmente algunas marcas importantes. Como la alemana Edeka, Ikea, que pone en valor lo verdaderamente importante de la vida, Dove y su empoderamiento de las mujeres reales, o True move, el operador de telefonía móvil tailandés cuyo impacto ha sido tal, que uno de sus anuncios se ha hecho viral.
También empresas más modestas, incluso autónomos, han sido capaces de crear una conexión emocional muy potente.
Más ejemplos inspiradores.
Un carnicero italiano ha ganado fama y el corazón de sus clientes, porque recita la Divina Comedia mientras atiende a su, cada vez más, fascinada clientela.
Un pequeño comercio andaluz ha enamorado a sus clientes, aumentado sus ventas y notoriedad (hasta han salido en la TV), desde que se les ha ocurrido vender bocadillos por Whatsapp si los clientes se lo piden con poemas: “Qué los vientos sean propicios mientras tu barca navega y de camino me apartas una baguette y una gallega ¡Feliz día!”, rezaba una de las comandas.
La floristería sudafricana, NetFlorist, pensó (y acertó) que a sus clientes les encantaría ver la reacción de los destinatarios al recibir el ramo de flores. Asi que instaló en las gorras de sus repartidores una diminuta cámara para captar el momento de la reacción. Como te podrás imaginar, las ventas subieron como la espuma y la conexión emocional, aún más.
Si quieres que tu marca gane notoriedad, ventas y lealtad, céntrate en las emociones que respondan con honestidad a tu marca y que toquen el corazón de tus clientes.