Imán en los ojos. El truco de neuromarketing que no debes ignorar
¿Sabías que los ojos actúan como un imán sobre nuestra mente? Así lo han confirmado los estudios sobre neuromarketing.
En un post anterior demostrábamos cómo el rostro llama poderosamente nuestra atención. Pero hoy damos un paso más, porque son los ojos lo que más nos atrae de un rostro.
¿Por qué los ojos tienen un poder magnético tan poderoso sobre nuestra mente? Porque actúan a nivel subconsciente. Dicen los científicos que se debe a que nuestros ancestros detectaban por los ojos las intenciones de un semejante o un animal y, en base a esa información, sabían si estaban ante una amenaza o no, y así podían actuar en consecuencia.
Sea como fuere, la cuestión es que nuestro cerebro hace que, si en un anuncio hay ojos, hacía allí se dirijan los nuestros.
Qué fácil parece ¿no? Hagamos una prueba. En el anuncio de abajo encontramos unos hermosos ojos pero ¿la publicidad ha sido eficaz para el anunciante?
En un anuncio similar a éste, los estudios demostraron que las personas centraban su atención en los ojos de la modelo, y luego continuaban con otra cosa. El mensaje principal y el producto, pasaban prácticamente desapercibidos.
Mira a continuación el gráfico de “calor” de la atención de los espectadores.
¿Por qué la gente sólo mira los ojos? Porque la modelo devuelve la mirada, entonces toda la información que nuestro subconsciente necesitaba queda resuelta. “No es una amenaza. Es hermosa… ¡ya está! a otra cosa.”
Sin embargo, los investigadores descubrieron cómo se puede dirigir la mirada del espectador hacia otros puntos del anuncio incrementando su eficacia.
Es muy simple. Después de dirigirnos a los ojos, si el protagonista tiene su mirada orientada hacia algún punto, nuestra mente subconsciente, automáticamente dirige nuestra visión hacia ese punto.
Veamos el mismo anuncio pero con la modelo mirando hacia el mensaje.
Fíjate lo que pasó con las áreas de atención de los espectadores.
Sólo con orientar la mirada se logró que los espectadores –además de ver a la modelo– leyeran el titular, parte del texto, e incluso que fijaran su atención en el logotipo del anunciante.
Naturalmente, la eficacia del anuncio aumentó notablemente porque el mensaje que se deseaba transmitir, ahora sí había llegado.
Ya lo sabes… ¡Mucho ojo! Porque donde pones el ojo, pones un imán ;).