Sin Código… No digo. La Clave de la Comunicación Eficaz

Jacobo, después de un primer cruce de palabras con un desconocido, comienza a trazar distraídamente líneas en una de las polvorientas calles de Palestina. Entre ese cúmulo de  líneas rectas una es curva. Abbas, siguiendo el ejemplo de aquel desconocido, también ”juega” con su bastón en el suelo y completa la línea curva pero invertida formando un Ichtus (que significa ”pez” y a su vez, acrónimo de ”Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador”). Estos dos hombres que por primera vez hablaban, se reconocen mutuamente como cristianos gracias a este código, sin ser descubiertos como tales, evitando ser condenados por los perseguidores de la iglesia primitiva.

Los códigos son un elemento esencial de la comunicación. Son capaces de lograr entendimiento, identificación, empatía, simpatía, pueden actuar como contraseña entre dos personas sin que el resto se entere. Los empleamos continuamente. Estás leyendo este post porque un emisor (nosotros), utiliza un código (la escritura), que un receptor (tú) es capaz de decodificar. Empleados adecuadamente, la comunicación puede resultar muy efectiva. Por el contrario, códigos incorrectos pueden transmitir mensajes indeseados y provocar resultados inesperados. Por eso, es esencial utilizar y generar códigos apropiados que transmitan con claridad el mensaje deseado al receptor apropiado.

Para las empresas y otras organizaciones, es fundamental generar códigos propios que los identifiquen, diferencien y actúen como contraseña para atraer a su público objetivo.

Prácticamente todo lo que es capaz de comunicar puede convertirse en un código. El modo de vestir, un peinado, el calzado, los libros, una comida o una bebida, un color, una textura, un coche, una mirada… por supuesto, los signos, los iconos, las gráficas.

Hoy veremos tres puntos que se deben tener en cuenta para generar códigos sólidos y coherentes para lograr una comunicación eficaz. Si los ignoras, seguramente tu comunicación será débil, carente de personalidad e ineficiente.

  1. La bandera. ¿Podrías identificar de que marca hablamos si te decimos… una manzana,  una gran M, una línea ondulante, un ala con forma de tilde? seguramente  responderías, Apple, Mac Donald’s, Coca-Cola y Nike. Sin duda, es importante disponer de un buen símbolo que transmita los principales valores de una empresa. Sin embargo, no todos actúan como un código que valga de contraseña con su público. De los logotipos antes mencionados, en realidad, sólo uno nació como un código en clave para diferenciarse y conectar con su público. Cuando las grandes empresas tecnológicas de la época tenían nombres rimbombantes y logotipos azules, serios y modernos, Apple se burlaba de todo aquello poniéndo de logotipo una fruta mordida y un montón de líneas multicolores. Con ese toque de humor tan desenfadado y atrevido para la época, no sólo se diferenciaba, también establecía un código que su público decodificó muy bien. Tan bien, que hasta ahora es la marca con más ”evangelistas”.Pero ”la bandera” no siempre es un símbolo, puede ser también un color. El rojo se identifica con Coca-Cola. Tal es la fuerza del color de esta marca que el tradicional Papá Noel, que siempre había sido multicolor, después de una entrañable campaña publicitaria en que lo vistió con sus colores corporativos, paso a convertirse en el ”tradicional” Papá Noel rojiblanco que nos trae felicidad, regalos y buenos momentos.Tu código reflexivo: ¿Qué ”bandera” puede actuar como una contraseña para tu empresa, promoción, campaña, etc.?
  2. El estilo. Un anuncio que no muestra una casa ejemplar, más bien al contrario, bastante caótica. El tratamiento de la imagen es de una textura y colores singulares. Y su slogan está escrito sobre una alfombrilla limpiapies. Por supuesto hablamos de Ikeaque ha sabido crear un código visual propio fácilmente reconocible y que le otorga a su comunicación una gran fuerza.Es fundamental el estilo que se elija para una marca, debe ser coherente, fácilmente reconocible y, sobretodo, que tenga una gran personalidad.Tu código reflexivo: ¿Tu comunicación tiene estilo propio o picotea de aquí y de allí sin un código claro y propio?
  3. El decir.”¿Qué pasha, tronco? yo gashto perfume de Hugo Boss. Esh bueníshimo, te lo recomiendo”… No encaja ¿verdad? ni el tono, ni las palabras, ni nada. Emplear un lenguaje que sirva de código de identidad con nuestros clientes, expresado con voz y modulación empática es otra de las claves para crear ese vínculo vital con el público objetivo.Tu código reflexivo: Los mensajes y la forma de expresarlos de tu organización ¿responden a un código, o más bien suenan a ”otra publicidad más”?

No olvides que encontrar un código propio de comunicación con tus clientes, es esencial para potenciar el éxito de tu organización. Porque sin código, no-digo lo que debo decir, ni me entiende quien me debe entender.

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