13 feb'17

3 cambios para conectar con los que no quieren conectar

Hace unos meses os hablábamos de la publicidad nativa y sus beneficios para marcas y consumidores.

Sí, beneficios para los consumidores, ya que gracias a ella las marcas consiguen llegar mejor a su público objetivo, agobiarles menos, y evitar que acaben odiando la publicidad online y se genere el tan indeseado adblocking.

En los últimos tiempos, los consumidores han empezado a experimentar un cierto cansancio de las campañas de publicidad online de las marcas. En ello ha influido negativamente el abuso de algunos tipos de banners y formatos de publicidad abusivos e invasivos, que en ocasiones llegan a ser casi inevitables. El público online se queja de que algunos anuncios son demasiado obvios e insistentes, y rozan el spam. El caso es aún peor si nos fijamos en el público más numeroso e importante de la red, los jóvenes.

Está claro que para las marcas, conseguir llegar a algunos públicos es cuanto menos difícil, y no se ha pensado en las consecuencias de las acciones que se han llevado a cabo en los últimos años. Al público joven (millenialls, generación Z…), le resulta cada vez menos atractiva y más molesta la publicidad. El abuso de formatos que invaden la pantalla, activan la autoreproducción de vídeos o audios, y la dificultad para quitársela de en medio, han contribuido a empeorar la experiencia de usuario de muchas webs, haciendo que éstos acaben perdiendo la paciencia.

Este público ha crecido más con la publicidad online que con la tradicional, y tiene unos valores muy diferentes, ya que tienen acceso a más información sobre las marcas y todo lo que hacen, no sólo a nivel publicitario. Esto hace que sean más exigentes con ellas y sus acciones. Así que si las empresas no se esfuerzan más por conectar con ellos, por mejorar su imagen y por adaptarse a los nuevos tiempos, su publicidad puede acabar siendo inútil.

Estos grupos son considerados “consumidores proactivos” a la hora de interactuar con la publicidad, ya que ahora tienen la posibilidad de bloquear los anuncios. El pasado año fue el del boom de los adblockers, llegando incluso a los smartphones. Estas nuevas herramientas son conocidas y usadas por todo el mundo online, pero su uso es infinitamente mayor entre estos consumidores, que son mucho más activos a la hora de bloquear la publicidad.

Esperan mucho más de las marcas, además de un cambio en su publicidad. Quieren comportamientos más éticos, sostenibles, ecológicos, que no sólo piensen en enriquecerse, sino que muestren interés por su entorno y por establecer relaciones más cercanas y duraderas con ellos.

Las marcas deben evolucionar para posicionarse como “colegas” de estos consumidores, hablar su lenguaje, llegarles al corazón y tocar sus emociones. Para ello ya no vale la publicidad de siempre. De modo que seguir en esta línea les aleja de ellos.

Entonces, ¿qué cambios tienen que hacer las marcas para conseguir ese vínculo con el consumidor?

  1. Cambio de “armamento”: como hemos dicho, ya no valen las mismas estrategias y los mismos formatos de anuncios que hasta ahora. Hay que darle un vuelco a los planteamientos actuales de publicidad, buscando nuevas herramientas que les permitan llamar su atención, y consigan llegar hasta ellos. Formatos como el retargeting, los social ads, los famosos influencers o el vídeo online.
  2. Cambio de mensaje: la búsqueda de nuevos mensajes más consistentes y eficientes para poder llegar a ellos. El marketing de contenidos, se ha convertido en la actualidad, en la mejor estrategia para conectar con los consumidores. Es ideal porque permite a las marcas huir de la publicidad pura y dura, pero no basta con contarlo y ya está, las marcas han de demostrar ese cambio de actitud que los consumidores demandan. El marketing de contenidos como parte de una experiencia global de la marca, como parte de una nueva estrategia y una nueva línea de comunicación. No vale el haz lo que digo pero no lo que hago. Los nuevos consumidores no son tontos.
  3. Cambio de mentalidad: enfocado totalmente en conectar con ellos. Ellos no odian a las marcas porque sí, simplemente esperan algo diferente de ellas. Les gustaría que hablen su mismo lenguaje, traten los temas que les interesan, y lo hagan en las mismas plataformas en las que éstos se encuentran. De hecho, las marcas que logran hacer esto, son las que acaban consiguiendo la tan ansiada viralidad.

En resumen, las marcas tienen que llevar a cabo un profundo cambio de mentalidad y de enfoque si no quieren perder la atención de su público objetivo. El análisis y la medición de resultados se hace más imprescindible que nunca, y ya no sólo para los resultados, sino también para los medios y canales que usan, y lo que hacen y dicen en cada uno de ellos.

Es hora de contar historias interesantes que alcancen los sentimientos de los consumidores.

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