22 oct'18

¿Sabes qué tienen en común los emojis con el Marketing de la felicidad?

Si no tienes tiempo de leerlo, te damos la opción de oírlo 😉

¿Sabías que el primero de los emojis fue creado para aliviar el descontento laboral en una aseguradora norteamericana en 1963?

El artista Harvey Ball diseñó el “smiley”, la carita sonriente amarilla. Su finalidad era colocarlo en el material de papelería de la empresa aseguradora, pero sin darse cuenta creó el icono relacionado con la felicidad más famoso del siglo XX.

Desde su creación hemos podido ver a este simpático logotipo en objetos de toda clase, y hoy en día lo tenemos muy presente gracias al uso de los emojis en las redes sociales.

Así pues, actualmente la empresa SmileyWorld Ltd es propietaria de los derechos del logo en más de 80 países, generando unos 220 millones de euros al año.

Aparte del Smiley, el claro exponente de la aplicación de este “marketing de la felicidad” es Coca-Cola.

Otro ejemplo es la marca española Mr. Wonderful, la cual ha alcanzado el éxito según dicen sus fundadores “creando productos bonitos que hablan de sentimientos y conectan a las personas con mensajes llenos de felicidad y optimismo”.

Definitivamente la felicidad vende

En marketing, cuando hablamos de felicidad normalmente la asociamos a satisfacción de necesidades. Un consumidor feliz (y satisfecho) siempre ayudará a aumentar la fidelidad a la marca.

De hecho, los estudios sobre el marketing más innovador, el Marketing 3.0, considera a los consumidores como seres humanos completos que valoran sus decisiones de compra como una forma de lograr satisfacción.

Esta tendencia de marketing basada en valores, tiene como objetivo principal hacer del mundo un lugar mejor. De esta manera se pretende influir en el cambio social y así mejorar la felicidad individual y colectiva.

Algunas de las ramas de marketing en que éste deriva son: el marketing sostenible, el marketing social y el marketing sin ánimo de lucro, los cuales suelen emplear las emociones como base de su comunicación.

Es fácil ver en muchos anuncios cómo las marcas se vinculan a emociones positivas, ya que como hemos dicho anteriormente, esto influye en la actitud de los consumidores hacia la publicidad y la marca.

Las investigaciones sobre este tema afirman, sin embargo, que la mayor deficiencia en estas estrategias de marketing es la falta de un enfoque directo al cliente final, y transmitir la búsqueda de su bienestar.

Si quieres basar tu comunicación en la felicidad, la puedes presentar en tres dimensiones, dependiendo de los valores atribuidos a tu producto:

  • Las relaciones sociales: marcas que asocian sus productos a encontrar el amor, sexo, la popularidad, la familia, etc.
  • Las aspiraciones de vida: se busca transmitir éxito profesional, consecución de logros y superación.
  • El ocio: se quiere que los productos transmitan diversión, entretenimiento, calidad de vida, descanso, etc.

Hay que recordar que la felicidad se puede comunicar de muchas maneras, ya que cada individuo tiene una concepción distinta de lo que es.

Volviendo a los ejemplos anteriores, Coca-Cola y Mr. Wonderful comunican felicidad y positivismo, pero cada uno de una forma muy diferente.

La comunicación debe ser una conversación con tu consumidor

El Marketing de la felicidad sólo funcionará si la adaptas a tu producto, al público objetivo y a todos los factores internos y externos de tu empresa.

Es decir, la comunicación debe ser una conversación con tu consumidor, y para ello un buen análisis siempre es un acierto.

Uno de los retos es conseguir a través de Internet y las redes sociales crear contenido que promueva la calidad de vida y que al mismo tiempo construya una imagen de marca positiva.

En conclusión, no hay nada como transmitir felicidad con tu marca para conseguir un mayor “engagement” con los consumidores y además contribuir a mejorar la sociedad.

Julia Casañ
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